Toda una vida, apenas un suspiro

Buenos días, blogonautas.

No sé ni cómo empezar este texto ni por dónde. Es difícil, pues han pasado más de cuatro años desde la última entrada. Estamos casi en dos mil veinte y la última vez que hablamos fue en el quince. Wow. De pensarlo, me entra vértigo. Mucho vértigo.

Desde el dos mil trece vivo en Londres. Eso no ha cambiado. Son ya casi siete años en la capital inglesa, tantos que ni el cacareado Brexit me afecta, pues tengo el permiso de residencia indefinido. Mi última novela data ya del dos mil catorce. Toda una vida y, a la vez, apenas un suspiro.

Joder. Qué joven era entonces y qué viejo soy hoy. Treinta y tres tacos me contemplan. Estoy casado desde hace poquito con una maravillosa mujer lisboeta a la que amo con locura y de la que nunca estaré suficientemente enamorado. Obrigado, minha reina.

Por otro lado, tras tanto tiempo me ha entrado, una vez más, el gusanillo de escribir. Este año estoy, a la vez, con dos novelas. Una de ciencia ficción y otra surrealista que, espero, sirva para cerrar la inconclusa trilogía de los Viajes Imaginarios.

La primera, la cifi, es una opereta espacial. Una historia mezcla de terror y cifi con el único objetivo de entretener. La inspiración me vino tras jugar a un videojuego de PC llamado Stasis. Una aventura gráfica que es una delicia, a nivel jugable y, sobre todo, en lo que a la historia se refiere. Ya llevo escritas cuarenta y dos mil palabras. Vamos, que me queda el último empujón. Unas diez o doce mil más. Luego, corregir, corregir y volver a corregir y, en nada, estará disponible para el gran público.

La segunda, bueno, me vino tras releer varias obras de Murakami y Zafón, autores que todavía siguen en mi top de escritores favoritos. Sobre todo con la última novela del japonés, los dos tomos de La Muerte del Comendador publicados por Tusquets Editores. Por cierto, mi sueño aún continúa siendo publicar con ellos. Quizá lo haga un día. Esta apenas la acabo de empezar y solo llevo diez mil palabras.

Espero tenerlas ambas disponibles para inicios de año.

También estoy leyendo mucho. Estoy revisitando obras de Murakami y Zafón, mezcladas con  las novelas de la serie Nacidos de la Bruma de Sanderson y clásicos como De Ratones y Hombres. Está siendo un buen año en lo que a lecturas se refiere.

Poco más me queda por añadir. Perdonad el desorden a la hora de exponer ideas, pero las he ido colocando en el papel a medida que salían de mi cabeza y mis dedos.

En definitiva, que he vuelto a la acción. A la literatura, a las novelas, a leer (lo cual nunca dejé) y, sobre todo, a escribir. Que ya era hora, por otro lado. Una de mis grandes pasiones y la dejé apartada por muchos años. Bueno, nunca es tarde. Ahora soy un tipo más maduro, centrado y tranquilo. Tengo estabilidad en casa y en el trabajo y, sin pretensiones de ganarme la vida con ello, creo que incluso disfruto más que antes cuando me toca enfrentarme al teclado y a la hoja en blanco.

Hablando de tecnologías, ahora escribo en un Macbook (a secas) de 2017. Un ordenador brutal para la causa y que, sinceramente, me salió regalado de precio (£400), así que estoy la mar de contento con él. Muy portable y con una pantalla que es maravillosa para mi vista cansada. Al teclado, eso sí, cuesta un poco acostumbrarse, aunque en que lo haces, la sensación de escribir en él es muy buena.

Nada más. Os dejo el enlace a mi web de Amazon, por si os apetece echar un vistazo a mis novelas publicadas, a la espera de las que están por llegar.

amazon.com/author/raulfrias


Por último, añadir que tenga una gata, Luna. Es una preciosidad y muy cariñosa, siempre en busca de atención. Foto.

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