¡Novela terminada!
Buenas tardes,
Pues sí, eso, que ya he terminado la novela cifi. Al final ha salido bastante larga, más de sesenta mil palabras antes de cualquier revisión posible. Sin ir más lejos, es una de las más largas que he escrito.
Es mi octava novela. Impresiona ¿verdad? Cuando uno empieza a escribir, nunca sabe dónde estará el límite ni cuándo se cansará de hacerlo. Yo, la verdad, dudo que lo haga nunca. Pero haber escritor ocho novelas ya, a mis treinta tres años y tras cinco sin escribir, me enorgullece y asusta a partes iguales.
Novela, sí. Silencio Estelar se llama. Opereta espacial mezclada con terror y algo de gore. Muy entretenida de leer y muy apta para disfrutarla en una tarde de lluvia, junto a la estufa y un buen café. No quiero entrar en detalles todavía, pues no es el momento. Aquí he venido a anunciar que he terminado de escribirla.
Ahora me toca reescribirla y corregirla. Admito que muchos capítulos están un poco meh porque los escribí de corrido. Quería terminar lo que quería contar antes de ponerme más en serio y darle el toque Raúl Frías que se merece. Así que sí, hay novela pero aún no. Lista, lista, calculo que estará en un par de meses. Qué mejor manera de empezar el nuevo año que con una novela, la primera desde el lejano dos mil catorce.
Creo que el dos mil veinte va a ser un buen año. Ojalá.
Os dejo una pincelada, apenas el comienzo de la obra (todavía provisional):
Un abrazo, blogonautas.
Pues sí, eso, que ya he terminado la novela cifi. Al final ha salido bastante larga, más de sesenta mil palabras antes de cualquier revisión posible. Sin ir más lejos, es una de las más largas que he escrito.
Es mi octava novela. Impresiona ¿verdad? Cuando uno empieza a escribir, nunca sabe dónde estará el límite ni cuándo se cansará de hacerlo. Yo, la verdad, dudo que lo haga nunca. Pero haber escritor ocho novelas ya, a mis treinta tres años y tras cinco sin escribir, me enorgullece y asusta a partes iguales.
Novela, sí. Silencio Estelar se llama. Opereta espacial mezclada con terror y algo de gore. Muy entretenida de leer y muy apta para disfrutarla en una tarde de lluvia, junto a la estufa y un buen café. No quiero entrar en detalles todavía, pues no es el momento. Aquí he venido a anunciar que he terminado de escribirla.
Ahora me toca reescribirla y corregirla. Admito que muchos capítulos están un poco meh porque los escribí de corrido. Quería terminar lo que quería contar antes de ponerme más en serio y darle el toque Raúl Frías que se merece. Así que sí, hay novela pero aún no. Lista, lista, calculo que estará en un par de meses. Qué mejor manera de empezar el nuevo año que con una novela, la primera desde el lejano dos mil catorce.
Creo que el dos mil veinte va a ser un buen año. Ojalá.
Os dejo una pincelada, apenas el comienzo de la obra (todavía provisional):
''La negrura del universo. Un cuadro
pintado con la indiferencia de la eternidad. De quien posee todo el tiempo del
mundo. A través del ojo de buey de la astronave, Karl Hicks observa con interés
la infinita oscuridad que lo cubre todo de norte a sur, de este a oeste. No hay
ni rastro de planetas, estrellas, soles, asteroides o lunas de ningún tipo.
Solo aquel manto negro que, con garras invisibles, te agarra el corazón y lo
estruja hasta que deja de latir por unos segundos. Ésa es la grandeza del
cosmos''.
Un abrazo, blogonautas.
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