Más diálogos.



"––Es difícil saber si es una decisión correcta o no. Sigo pensando que eres una mujer maravillosa. Por otro lado, tal vez tengas razón. Tengo la sensación de que nunca seríamos felices. No del todo, al menos. Quizá lo fuéramos de alguna forma poco definida y estoy convencido de que nuestra vida no sería miserable. Tendríamos hijos, una casa, un coche. Esas cosas. Pero a mí no me interesa eso. Lo sé muy bien. Las leyes sociales nunca me han gustado. Sus imposiciones. Creo que he nacido para sufrir, para ser desgraciado. Hay gente así, empeñada en complicarse la vida. Me temo que yo soy uno de ellos. Eso que tú definiste como especial es, en realidad, una tara".

Aprovecho para decir que ya he superado las 40.000 palabras y las 100 páginas a Word. Aún queda bastante, pero la cosa está avanzando a un ritmo razonable, más teniendo en cuenta lo ocupado que ando. No doy fechas, pero antes del verano debería estar acabada y rematada.

Un abrazo, blogonautas.

Comentarios

  1. La gran frontera, las 100 páginas. Pienso que es una frontera mental. Cuando es cruzada ya no hay vuelta atrás, ni que uno lo pretenda, quizá porque el peso del esfuerzo del escrito. Así que... Estas liado. "Las leyes sociales nunca me han gustado" se podría cambiar por "todo este rollo nunca me ha gustado". Y disculpa que opine.
    Saludos.

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    Respuestas
    1. Ese tipo de frase le pega a otro personaje, pero no al protagonista, algo más refinado. Estoy liado. Muy liado. Pero, bueno, sigo escribiendo. Un rato aquí, otro allá y, en mis días libres, aprovecho y le doy buenos empujones. Las cien páginas es un punto clave. Como muy bien dices, ya no hay vuelta atrás.

      Un abrazo, Igor.

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